Especial para Prósopon
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Hay un gestus político que es arrollador en la situación siguiente: dramaturgo/director convoca actores porque tiene una imagen. Tiene algunos diálogos, veinte hojitas garabateadas, un patio techado con seis luces puestas a dimmer. Vamos tres veces por semana de ocho de la noche a doce.
A lo mejor Proteatro nos da algo de guita...
Instancia de enunciación, esto es lo que tenemos, nada más que cuerpos y palabras, nada menos. Este formato, que es el que más transitamos, es el que se puede llamar off, alternativo, under, periférico, etc.
Es un lugar de enunciación que no tiene demasiado valor en si, es un borde entre el profesionalismo y lo vocacional, entendiendo por profesional el circuito comercial y el oficial. Así que acá estamos, un grupo de gente que anda por los bordes, en general actores geniales, bellos, escenógrafos vestuaristas, todos talentosos. Con miles de imágenes. Todos reunidos por casi nada. No hay, no existe la esperanza del éxito, sea esto lo que fuere, lo que hay es un impulso, un motor que se pone en marcha. Una sumatoria de voluntades. La pregunta es: ¿Qué dramaturgia se corresponde con este formato productivo? Ahí está la posibilidad, una grieta en el tabique de un prostíbulo de mala muerte.
Tiempo.
Los actores son gratuitos, quieren trabajar, quieren ser vistos, contar historias, conseguir parejas, hacerse famosos y todo lo demás. Vienen, ensayan, ponen el cuerpo en función de algo inasible, la dramaturgia está en los bordes del ensayo, se va haciendo, se reescribe toda una página, tal cosa sacala, eso no me convence. Ahí hay que buscar otra cosa, no sé, pensá en un personaje más punk.
Especie de rompecabezas absurdo.
Una dramaturgia que ponga el cuerpo. Que se haga cargo de los errores que comete. Una dramaturgia que tenga vocación de deporte extremo, que se arriesgue a transitar los bordes.
Una dramaturgia que nazca del vínculo entre esos cuerpos, de la transpiración, lejos del sacrificio, lejos de lo ritual, de lo serio. En todo caso la literatura es seria, uno escucha a los pensadores, a los intelectuales argentinos que piensan en el teatro y lo que se oye en general es serio, es oficialmente serio.
Hay otro lugar: "yo vivo del teatro" "yo soy un profesional, tengo que hacer esto porque..." y así. Pareciera que las cosas están polarizadas, que la vida teatral de esta ciudad es un cara o cruz, no hay espacio para terceridades, para lo particular. Una síntesis de lo mas triste: llegamos del off a la calle Corrientes.
La tristeza de esta frase radica en el llegamos, especie de refugiados que niegan su origen para ser recibidos por los cascos blancos de la ONU cultural. Territorios estancos, de aquí hasta allá.
La gratuidad, lo vocacional, aquello que hacemos solo por el placer de hacerlo, aquello que hacen los actores del off, venir a divertirse, a ser diversos, es un lugar de aprendizaje para el dramaturgo, un espacio de reflexión activa. En este sentido pienso que la dramaturgia en tanto discurso, tiene posibilidades de ampliarse, de reivindicarse, de tomar al teatro por asalto y sobretodo de dar cuenta de esta gratuidad como fortaleza y no como pobreza. Este es el desafío.
Si es verdad que lo que queda del teatro es la dramaturgia, que la historia del teatro es la historia de la dramaturgia (único soporte que resiste el paso del tiempo de lo performático) deberíamos pensar que dramaturgia corresponde al formato de producción gratuito al que me refería más arriba. Como un texto puede ser lo suficientemente inquietante, lo suficientemente vulgar, como lo es la imagen de cuatro actores corriendo los sillones de un living para ensayar una obra maestra.
Tiempo.
Los actores son gratuitos, quieren trabajar, quieren ser vistos, contar historias, conseguir parejas, hacerse famosos y todo lo demás. Vienen, ensayan, ponen el cuerpo en función de algo inasible, la dramaturgia está en los bordes del ensayo, se va haciendo, se reescribe toda una página, tal cosa sacala, eso no me convence. Ahí hay que buscar otra cosa, no sé, pensá en un personaje más punk.
Especie de rompecabezas absurdo.
Una dramaturgia que ponga el cuerpo. Que se haga cargo de los errores que comete. Una dramaturgia que tenga vocación de deporte extremo, que se arriesgue a transitar los bordes.
Una dramaturgia que nazca del vínculo entre esos cuerpos, de la transpiración, lejos del sacrificio, lejos de lo ritual, de lo serio. En todo caso la literatura es seria, uno escucha a los pensadores, a los intelectuales argentinos que piensan en el teatro y lo que se oye en general es serio, es oficialmente serio.
Hay otro lugar: "yo vivo del teatro" "yo soy un profesional, tengo que hacer esto porque..." y así. Pareciera que las cosas están polarizadas, que la vida teatral de esta ciudad es un cara o cruz, no hay espacio para terceridades, para lo particular. Una síntesis de lo mas triste: llegamos del off a la calle Corrientes.
La tristeza de esta frase radica en el llegamos, especie de refugiados que niegan su origen para ser recibidos por los cascos blancos de la ONU cultural. Territorios estancos, de aquí hasta allá.
La gratuidad, lo vocacional, aquello que hacemos solo por el placer de hacerlo, aquello que hacen los actores del off, venir a divertirse, a ser diversos, es un lugar de aprendizaje para el dramaturgo, un espacio de reflexión activa. En este sentido pienso que la dramaturgia en tanto discurso, tiene posibilidades de ampliarse, de reivindicarse, de tomar al teatro por asalto y sobretodo de dar cuenta de esta gratuidad como fortaleza y no como pobreza. Este es el desafío.
Si es verdad que lo que queda del teatro es la dramaturgia, que la historia del teatro es la historia de la dramaturgia (único soporte que resiste el paso del tiempo de lo performático) deberíamos pensar que dramaturgia corresponde al formato de producción gratuito al que me refería más arriba. Como un texto puede ser lo suficientemente inquietante, lo suficientemente vulgar, como lo es la imagen de cuatro actores corriendo los sillones de un living para ensayar una obra maestra.
*ANDRÉS BINETTI nace en Bahía Blanca en el año 1976, en el año 2001 crea; junto a Paula Andrea Lopez el grupo Teatro de los Calderos con el que ha estrenado varias producciones. Entre sus obras mas destacadas pueden contarse Leve contraste por saturación; Llanto de Perro (una vulgaridad contemporánea), Opera anoréxica (una vulgaridad rizomática), Una caja blanca, Petit Hotel Chernobyl, La piojera o un procedimiento justicialista, Heise. Es egresado de la EMAD en la carrera de puesta en escena. Ha estudiado dramaturgia con los maestros Alejandro Tantanián y Daniel Veronese. En 2005 obtiene una beca del INT para perfeccionarse con el maestro Mauricio Kartun. En 2006 obtiene el premio Trinidad Guevara en el rubro revelación por la dramaturgia de su obra Llanto de perro, que a su vez obtiene los premios mejor espectáculo y mejor dirección en el Festival Internacional Otoño Azul. Ha sido convocado para trabajar por diversas instituciones como la fundación S O M I, ARGENTORES, TEATRO POR LA IDENTIDAD, ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ACTORES,CENTRO CULTURAL RICARDO ROJAS I.N.T, G.E.T.E.A, ETC. Su obra Cangrejal obtiene una mención en el concurso de dramaturgia siete autores, la nueva generación. Publicada a cargo del I.N.T. Su obra Llanto de perro ha sido publicada dentro del marco "Dramaturgia Argentina Contemporánea". Ha sido convocado por el C.C Ricardo Rojas, para dirigir Tras nosotras la lluvia del español Jerónimo Cornelles, cuarto mandamiento del proyecto Decálogos producido por Iberescena. Actualmente se va a estrenar en España su monólogo La envidia, dentro del marco "Confesiones de siete mujeres" auspiciado por Iberescena y prepara para la escena nacional su nuevo espectáculo Basavilbaso. Actualmente están en cartel sus obras El peor de los públicos y Una playa. Sus obras han sido apoyadas por el INT, Proteatro, Fondo Nacional de las Artes. En 2008 obtiene el subsidio a la creación dramatúrgica otorgado por Iberescena. Se desempeña como docente en la Universidad de Palermo, dando las cátedras dirección y puesta en escena 2 y dirección 5 (dramaturgia). Enseña actuación en la escuela de comedia musical Caleidoscopio. Dicta un taller anual de dramaturgia en su estudio, de forma privada. Sus obras se estrenaron en distintos puntos del país así como en España, Chile y Uruguay. La mayoría de sus obras han sido seleccionadas para participar de diversos festivales tanto nacionales como internacionales. Hasta la fecha ha publicado tres de sus obras y una cuarta está en proceso de publicación. Actualmente se desempeña como jurado para el I.N.T, en la selección de obras para la fiesta metropolitana de teatro CABA.
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